El cenote Zací


    Visitar Valladolid y no conocer el cenote Zací, es como viajar a París y no admirar la torre Eiffel, según afirman algunos vallisoletanos.

    El cenote Zací es un símbolo de esa ciudad del oriente de Yucatán, un prodigio de la naturaleza y una enigmática, emocionante aventura, por la magia que encierra en sus caprichosas formas pétreas y la leyenda que le envuelve.

    Enclavado cerca de la plaza principal de la Sultana de Oriente, es uno de los cenotes a cielo abierto más grandes e impresionantes de la Península.

    El espejo de agua, en forma ovalada, tiene 28 metros de diámetro en la parte mayor y 25 en la menor, y la altura entre la bóveda y la superficie acuífera es de 26 metros.

    En torno a las paredes se han dispuesto estructuras de piedra en forma de escalinatas que permiten a los visitantes recorrer los alrededores y admirar amplia gama de peces de agua dulce.

    Zací, palabra maya que significa "Gavilán blanco", era el nombre de la urbe prehispánica sobre la cual se fundó en 1543 la actual ciudad de Valladolid.

    Hoy día, Zací se relaciona directamente con el cenote, un atractivo natural que genera importante desarrollo turístico. El lugar cuenta con restaurante especializado en cocina yucateca, espacio para venta de artesanías y otros artículos, y un pequeño zoológico de aves típicas de la región.

    La entrada de la luz, que se filtra a través de las copas de los árboles, permite que se refleje el azul del cielo y la blancura de las nubes. Las estalactitas parecen desafiar las leyes de la gravedad, y, cual "espadas de Damocles", retan a la paciencia de los hombres que se admiran ante este prodigio de la madre naturaleza.

    Las raíces que penden de la bóveda principal parecen estar ansiosas de tocar el espejo de agua, como queriendo saciar la sed en los días calurosos.

    Para vigilar la conservación del cenote Zací, las autoridades municipales de Valladolid levantaron un complejo turístico en torno a la oquedad natural, que consta de restaurante, tienda de artesanías y zoológico.

    El propósito de la infraestructura es hacer autofinanciable el mantenimiento del cenote y las instalaciones, además de generar fuentes de empleo para algunos habitantes de Valladolid.

    Además de admirar la belleza del cenote se puede saborear exquisitos platillos regionales y una selección de bebidas frías. El menú incluye: "lomitos de Valladolid", "cochinita pibil", "queso relleno", "escabeche oriental", "poc chuc" o "pollo pibil", entre otros guisos, y la "sopa de lima", ideal como entrada del banquete. Para el postre hay "dulce de papaya" y "queso napolitano".

    El restaurante, que funciona en una palapa de guano, tiene capacidad para 300 comensales.

    Sobre el origen del cenote Zací hay una leyenda. Se dice que hace muchos años, antes de la llegada de los españoles, el cenote estaba completamente cubierto.

    En 1543, luego de varios intentos de tomar la ciudad de Zací, los españoles, bajo el mando de Francisco de Montejo El Sobrino, se prepararon para el ataque final sobre la ciudad con una poderosa ofensiva militar.

    Los mayas, encabezados por Zací Hual, sospecharon lo peor y escondieron a los niños, mujeres y ancianos en el interior del cenote a través de un espacio por donde se entraba para abastecerse de agua.

    Poco después se libró la batalla, sin que los españoles lograran su objetivo de tomar la ciudad; sin embargo, las fuerzas de Montejo El Sobrino se apoderaron de la entrada al cenote.

    Montejo envío un ultimátum a Zací Hual diciéndole que "o entregaba la ciudad y deponían las armas, o los soldados comenzarían a matar a todos los que estaban en el interior del cenote".

    "Ma'ah" (No) fue la respuesta del líder de la resistencia, lo que despertó la ira de los conquistadores, quienes comenzaron a matar a cuantos inocentes había en el lugar.

    Los gritos, el llanto y el terror de quienes eran masacrados en el interior de la bóveda, aunado a la impotencia de los mayas para rescatarlos, obligaron a convocar a todos los sacerdotes, X'manes y jerarcas para unirse en plegarias a Chaac, dios de la lluvia, pidiendo el fin de la masacre y el castigo a los españoles.

    El cielo se llenó de bruma y de una nube negra salió un potente rayo que se impactó en la bóveda del cenote, lo que ocasionó que ésta se viniera abajo y matara a todos los que estaban dentro incluyendo hombres de Montejo.

    Los españoles tardaron desde entonces tres años en dominar la plaza. Luego, la ciudad fundada como Villa de Valladolid en 1543 y que se encontraba cerca de la costa noreste de lo que hoy es el estado de Yucatán, fue "reubicada" en la recién tomada Zací.

    Las instalaciones del cenote Zací están abiertas todos los días del año, de 8 de la mañana a 7 de la noche.